¿CÓMO APRENDEN LOS NIÑOS Y NIÑAS?
Miluska Mendoza Muñoz[1]
Esta fue una pregunta que me hice cuando me inicié de profesora y cuando observaba que con mis metodologías aprendidas no lograba que me entendieran los niños y niñas con quienes me encontraba en una escuelita rural. Comencé durante muchos años a observar, aprender desde las mismas comunidades y desde los mismos niños y niñas las formas como aprendían para poder enseñarles. De este modo me di cuenta que para un educador o educadora debe partirse como conocer y comprender a sus estudiantes antes de querer enseñarles, eso significaba aprender primero de ellos y ellas para luego enseñarles. Claro esta que debemos usar la lengua materna de los estudiantes y considerar la cultura que es sustancial para el logro de aprendizajes.
En todo este proceso de aprender de los niños y niñas dentro de sus familias y comunidad, encontré algunas pistas que luego con lecturas adicionales y con practicas y experiencias llegué a algunas pistas que quisiera compartir con docentes que quisieran tener ideas a fin de mejorar su labor como educadores.
Según lo que observo el aprendizaje en el mundo andino se da en un dialogo mutuo con el entorno que les rodea a las personas, a las comunidades. Un entorno habitado por seres animados que habitan en la madre tierra, en los ríos, puquiales, en los cerros, nevados como en las rocas piedras, árboles y hierbas. En este contexto el aprender y el enseñar interactúan para el logro del saber. Los miembros de la familia enseñan todo lo referido a la vida familiar y comunitaria para un desempeño en este entorno.
Un aspecto clave en este aprender es el uso de los sentidos:
“Otra manera de llegar al saber es mediante el uso de los sentidos, que en el mundo andino esta bastante desarrollado. Son los ojos, las manos, el oído, la boca, el olfato que definirá las capacidades y habilidades de las personas. “El campesino se involucra en las cosas emotivamente, sensorialmente, “tocándolas con los sentidos”(Rengifo 2003).
El aprendizaje se adquiere no solo con los sentido sino con los sentimientos “adquieren los saberes con todos los sentidos y sentimientos. Estos saberes se aprenden en el camino de la vida, viviendo la vida misma. En nuestra manera de ver y entender al mundo no hay separación entre la teoría y la práctica; el que sabe, lo sabe porque lo hace, y porque lo que sabe lo enseña”. De este modo el aprendizaje es integral y no unilateral y complementario.
A continuación una observación de cuatro niños de 8 a 10 años nos da una idea de cómo aprenden con los sentidos:
CUADRO Nº 01
NIÑOS RURALES ANDINOS SU FORMA DE APRENDER
ASPECTOS | YAKI DE HUACANVELICA | XIMENA DE AYACUCHO | MILTON DE APURIMAC | VIDAL DE CUSCO |
Formas de aprendizaje Y Valoración | Aprendió a pastear escuchando las orientaciones de la abuela y la mamá. Por ejemplo salir a pastear ya cuando el sol llega al pasto para evitar presencia de babosas que si las comen las ovejas morirían. Reconoce los tipos de plantas que debe comer la oveja, por que hay algunas venenosas. Reconocen las propiedades medicinales de las plantas, por que escucharon a sus abuelos y madre. Identifica los tipos de piedra y su uso. Esta mas ligada al aprendizaje escolar y lo que le puede enseñar Lima, da poco o ninguna valoración al conocimiento y saber local. | Aprendió escuchando a su abuela, a seleccionar las hierbas y los usos medicinales que tiene. Los cantos y los cuentos lo aprendieron solo escuchando a los adultos de su comunidad, casi siempre interpreta sus canciones porque le recuerda a su abuelita. Valora todo lo que le enseñaron en su comunidad especialmente sus abuelos. | Relata casi siempre cuentos escuchados de sus papás y amigos. Valora mucho la enseñanza de su padre como modelo. Generalmente esta atento a la conversación de sus papás. Permanentemente, plantea que el ha escuchado lo que aprendió. Habla más el idioma quechua. | Aprende de su hermano quien le demuestra aunque a veces no toma atención y no lo hace bien. Sabe que de acuerdo a una determinada edad debe participa en determinadas actividades: 11 años coger la chakitajlla, 13 años ir al Chiaraje |
El cuadro nos muestra cómo los niños/s aprenden lo cual confirma nuevamente el uso de los sentidos, el sentimiento. A parte se reconoce también las formas de aprendizaje escuchando o practicando, experimentando. También aparecen en este aprendizaje su familia extensa principalmente abuelos/a, hermanos/as y padres/madres. Todas estas formas de aprendizaje las desarrollaremos en detalle. Parten de la vida misma de los niño/as y niñas.
También se observa al aprendizaje como un proceso. Las familias toman en cuenta el nivel de desarrollo y crecimiento del niño/a y cuando el momento llega se le va enseñando aquello que le servirá para vivir bien, entonces, las capacidades son tanto habilidades que tienen todos/as los/as niños/as en forma diferenciada pero, las mismas se irán desarrollando progresivamente y de acuerdo a las potencialidades de cada uno.
“Ellos aprenden con nosotros desde chicos, tienen que ir con nosotros a la chacra a pastear los ganados, allí van haciendo lo que pueden de acuerdo a su edad, a veces nomás les decimos así no hagas así es mejor, por ejemplo yo aprendí a tejer mirándonos a mi papa o a otras personas de mi comunidad”. (Madre de Pacchanta).
“Nosotros ayudamos en la casa arreando al chancho, pasteando a las vacas al campo yo me levanto a las cuatro de la mañana, los niños siempre ayudamos a nuestra mamas en la casa. Pero, lo que yo no puedo hacer es matar a los animales. (Niña de 11 años Casakunca)
Veamos en detalle como aprenden los niños y niñas:
· Aprenden Escuchando:
La oralidad es una de las características importantes en la construcción de saberes. Las culturas originarias como la quechua conceden un valor significativo a la oralidad. Por tanto, el diálogo, la conversación, los relatos, los cuentos, los consejos, el canto, las poesías, etc. son y seguirán siendo fuente de aprendizaje y saber.
Los niños y los adultos manifiestan que aprendieron muchos valores, o adquirieron conocimiento y experiencias a través de los cuentos, o historias relatadas por otros adultos, principalmente abuelos/as. Esto se verifica en los siguientes testimonios de los niños/as.
“A mi, mi abuelita siempre me contaba muchos cuentos sobre los animales, dice que antes los animales hablaban por eso no hay que tratarlos mal, hay que querer a los animales por que dice son como nosotros” (Sr. 50 años de Hornobamba- Huaancavelica)
“Los niños/as de Palmadera y Casakunka refieren conocer parte de la historia de sus comunidades, quienes fueron los primeros habitantes, donde vivieron, a través de las historias que les relatan los abuelos o padres, y dicen cuando se les pregunta por dichas historias: “No esta escrito en ningún libro, solo esta en nuestra cabeza lo que nos contaron.” (Observaciones en Ccasakunka y Palmadera-Ayacuchi)
Los cuentos mayormente enseñados por los abuelos y repetidos por los hermanos mayores, son vivenciados en su realidad mágico mítica. Acrecientan su imaginería y son de algún modo aprendizajes de vida que les da criterios y normas para vivir.
En este marco la oralidad, en sus diversas formas fortalece capacidades y aportar a la construcción de la identidad del niño/a desde sus inicios de vida.
· Aprenden Mirando y practicando.
Otras de las características del aprendizaje de los niños/as se dan por observación, práctica, y experimentación directa de lo que han visto. La mamá, el papá y hermanos/as mayores guían este proceso y lo facilitan pero es el niño/a el protagonista en el logro de sus aprendizajes.
“Ellos aprenden mirándonos, todo miran, a veces no tenemos que enseñarles, nos miran y ya saben… mi hijita sabe hablar castellano porque en Lima solo hablaba eso, y vino aquí y aprendió rápido el quechua, escuchando a sus abuelitos y a toda la gente” (Sra. de Chiluyo).
Los conocimientos prácticos son funcionales y se van aprendiendo progresivamente. Así por ejemplo, para hacer chacra y agarrar la chakitajlla se tiene que tener mas de 11 años, para pastear mas de 8 años para ir al Chiaraje y pelear mas de 13, 14 años. Igual sucede con las niñas a cocinar mas de 10 años, a lavar igual, a tejer chullo a partir de los 14 años, a hilar a partir de los 10 años este aprendizaje practico responde a la madurez física y psicológica con que cuenta el niño/a llamado “Yuyaynin”.
“Yo también he querido hacer mi molino de piedra, he estado tallando con un clavito, pero mi piedra se ha roto, voy a volver a intentarlo por que quiero sacar uno igual al que hizo mi papá” (Adolescente de 14 años de Rocconi)
“Yo ya estoy aprendiendo a tejer, mis hermanos ya saben cómo hacerlo, aquí todos los hombres a los 14 años tenemos que tejer nuestro primer chullo, a mi me falta todavía” (niño de 11 años de Patario)
El aprendizaje del tejido, generalmente se adquiere a través de la observación, la ayuda o colaboración, iniciándose en la práctica con tejidos pequeños que son observados y mejorados en su confección por las madres/padres o hermanas/os.
· Aprenden lo que pueden de apoco y recreando
Los saberes se acumulan a lo largo de la vida, se recrean e innovan y aplican funcionalmente en diferentes circunstancias de la vida. Los ancianos/as constituyen los libros abiertos de la sabiduría local. Por tanto, se convierten en agentes significativos en la construcción de la identidad del niño/a haciendo que los saberes perduren en el tiempo y la vez se evoquen vivencialmente en el presente dando vitalidad cultural al ayllu.
En la familia la vida de las niñas/os se van construyendo de apoco, junto a los animales, a las plantas, ríos, cerros a la pachamama etc. Como podemos apreciar, la cultura se va acumulando y recreando dinámicamente:
Los padres también hacen la transferencia de aprendizajes prácticos y funcionales poco a poco. Según indican, enseñan a sus hijos progresivamente viendo el momento adecuado van aumentando las tareas o las responsabilidades. Es decir, cuando ven que sus hijos van madurando “Yuyaynin kaqtin”, y adquieren criterio, sentido, y capacidad/habilidad les van dando nuevas tareas y responsabilidades.
Los hijos de este modo al comienzo van ayudando poco a poco y después se responsabilizan de las tareas. Entonces, primero es el interés, luego la autonomía de los niños/as que les permite desempeñarse efectivamente en la tarea dada. El “ayudar” es una forma de aprender haciendo y se da de modo natural en las diversas actividades cotidianas hasta volverse en una responsabilidad ejecutada con habilidad.
“Ellos hacen lo que pueden nomás pues, la cholita (5 años) va ayudando poco a poco con los cuyes, por ejemplo dando su comida, Chano que ya tiene cabecita-(criterio) va a pastear las ovejas, igual Vidal, aunque él esta mas grandecito puede hacer mas cosas” (Sra. de 48 años de Rocconi.)
“A nuestros hijos a la escuela le ponemos, Urbano (5 años) no va al Wawawasi por que no hay aquí, Zoraida (8 años) ya esta asistiendo a la escuela, cuando está en la casa debe ayudar, por lo menos trayendo pasto para los cuyes. Los hijos ayudan de acuerdo a la edad que tienen hacen una y otra cosita, pastean los caballos y de acuerdo a su edad ya nos están ayudando a trabajar en la chacra. El va aprender a tejer recién va saber. Jaime (14 años) como va al colegio no hay tiempo para que haga esas cosas, los sábados nomás nos ayuda en la chacra porque cuando se va al colegio no nos ayuda porque no tiene tiempo y Daniel (19 años) también nos ayuda en la chacra, ahora que esta de descanso por que el trabaja en Juliaca, Benita (22 años) como es mayor es más responsable de la casa, cuando no estamos cuida a sus hermanos menores los baña, los cambia de ropa y les envía a la escuela”. (Sr. de 50 años de Pacchanta)
“Yo ya sé ir a la chacra y trabajo con Chakitajlla, Chano (9 años) no puede todavía, pero no puedo ir al Chiaraje cuando tenga 13 ó 14 años iré” (Niños de 11 años de Rocconi).
“Las niñas/os al interior de la familia realizan diversas actividades como la hermana mayor va a cortar alfa alfa, el hermano menor tiene que traer el agua del patio, la hermana mas pequeña desgrana el maíz para dar a las gallinas y la niña de 3 años, desgrana maíz más pequeño para dar a los pollos” (Observaciones en Casakunca)
De acuerdo a la edad los niños/as van apoyando y ayudando en casa y de este modo van aprendiendo. Los niños menores de 5 años no tienen ninguna tarea especifica, pueden jugar; los niños de 8 años ya van ayudando en tareas específicas como dar de comer a los animales o en la cocina, los de 10 a 11 años ya pueden ayudar en el pastoreo, en la chacra con mayores tareas, los adolescentes que están en el colegio disminuyen sus actividades en la familia por que a ellos les dan otro trato. Mayor tiempo para que se dediquen a sus estudios, los jóvenes mayores de 18 años son libres y pueden irse de la casa a trabajar a otros lugares y los jóvenes si son mujeres y se quedan en la casa son las que dirigen la familia organizando y decidiendo sobre diferentes aspectos de la educación y comida de sus hermanos.
Los padres enseñan a los hijos progresivamente, no les enseñan todo de golpe, es decir de acuerdo a la edad van enseñándoles lo que pueden aprender. Así también existen aprendizajes de tipo mas mágico religiosos entonces, estos aprendizajes requieren mayor madurez para ser comprendidos:
“Yo sabría si me hubieran dicho mi mamá, pero solo me hacen recoger el corazón del ichu podrido, para medicina pero, no sé exactamente para qué enfermedad será, si me hubieran dicho sabría, mi mamá siempre me manda a traerle” (Niño de, 10 años Rocconi)
“Durante la celebración de la erranza los niños/as son observadores y ayudan en algunas acciones como agarrar los animales pero, no pueden realizar los actos rituales (rezo, brindis a la tierra, etc.) Ya cuando tienen mayoría de edad o cuando tienen pareja pueden realizar estas ceremonias”. (Observaciones en Palmadera)
Los niños/as menores de 8 a 9 años, que aún no muestran madurez física y mental realizan actividades de acuerdo a su interés y posibilidad siendo más flexible y tolerantes los padres frente a sus acciones. Mientras tanto, para niños/as que pasan de los 10 años los padres asumen que sus actividades ya deben ser asumidas como responsabilidades y obligaciones cotidianas en sus vidas realizadas con buen desempeño evitando errores.
“Nadie le dice a la niña lo que debe hacer sin embargo ella se da cuenta que debe hacer y lo hace con libertad, aunque a veces la madre le reprenda” (Pacchanta, observaciones).
“Se acerca a la mamá y comienza frotar la ropa (niña de 7 años) la mamá le dice no laves, ella dice yo se lavar, voy a lavar. Frota la ropa, después se cansa y va a jugar con su hermano”. (Observaciones de Pacchanta).
“A qué hora vas a ordeñar, apúrate, por qué sigues jugando” (Madre del niño de Rocconi)
Dentro de estas actividades se inculca progresivamente a la niña/o de acuerdo a su madurez: la responsabilidad, obediencia y autonomía. El niño va creando conciencia de la importancia de su rol en la familia.
La siguiente frase puede explicitar lo planteado: “Yuyaynin kaqtin yachanku, atinku”. Cuando ya tienen la capacidad para aprender pueden hacerlo, esto no es restringido a una edad, es para cada nuevo aprendizaje de la vida.
“Los cambios en el desarrollo de la persona no están organizados cronológicamente, sino son momentos de florecimiento... ninguna etapa de desarrollo es menos que otra. Las nominaciones que recibe una persona en los Andes a lo largo de su vida definen su vinculación respecto de las personas de su comunidad y dicen de su relación de sintonía con su entorno, se refieren a conjuntos de relaciones dentro del tejido de la vida, son aptitudes y cualidades que muestran al humano en esa circunstancia (Pardo 2003)
- Aprenden del ejemplo de sus hermanos, padres y abuelos/as
Existe una influencia directa de la familia extensa en la formación de la identidad de los niños/as y esto se da en el tipo de relaciones que tienen. Se observa que no sólo el padre, la madre influye y aportan en la afirmación de la identidad cultural de los niños/as, pues son los abuelos/as, tíos/as, que se encuentran en la comunidad o fuera de la comunidad, los referentes identitarios de los niñas/os.
“Mi abuelita me ha enseñado muchos cuentos, siempre me contaba” Padrastro de Yaki” (Sra. de 45 años Hornobamba).
“Yo siempre visito a mi abuelita, ella me cuenta todo” (Niño de 10 años de Rocconi).
“Mamá voy a llevar la comida a mi abuelita, me quedó con ella ya” (niña de 7 años Pacchanta).
La relación con los abuelos/as es muy cercana y son los que se encargan de transmitir oralmente muchas normas de vida, tradiciones, fiestas y costumbres mediante cuentos principalmente, incluyen también sus historias personales y de la comunidad, etc. Sus relatos constituyen enseñanzas de vida y experiencia que los niños/as adquieren escuchando con mucha atención y luego lo comparten son sus pares, consolidando de este modo sus aprendizajes.
“Mi abuelito sabe de estas cosas el sabe curar el me ha enseñado algunas cosas a utilizar. Yo creo que estas cosas si me sirven porque el me dice que cuando hay personas que se enfermen y yo no este tu puedas hacerlo. Para la fiebre hago hervir llantén y le paso en el cuerpo. Antes mi abuelito hacia esto ahora ya no hace casi pero siempre algunas personas vienen a la casa para que les cure. Otros niños si saben, mas saben las niñas que los niños a mi me gustaría enseñar a otros”. (Niña de 11 años Chiluyo)
“nosotros les estamos enseñando a nuestros hijos, como era nuestros bailes como era nuestros cantos, tocando pinquillo festejábamos los carnavales, Bonito bailábamos los paras con nuestro tamborcito, ahora mas bien, en algunos casos siempre estamos enseñando a nuestros hijos” (Sr. De 45 años de Patario)
De este modo el aprendizaje adquirido por transferencia generacional les da conocimientos para la vida presente y futura como también valores y normas de vida que se extenderán a diferentes espacios y no solo al familiar.
“Para nosotros siempre estaba bien hacer estas cosas, preparábamos toda la ofrenda con todas las cosas que nosotros teníamos incluyendo la coca y lo llevábamos para quemarlo y así ofrecer a nuestros apus la pachamama tierra, alimentábamos a nuestra pachamama, y yo creo que si alimentaba con este pago a nuestra tierra a los animales y a la tierra. Todavía estas cosas lo hacíamos desde tiempos pasados mis abuelos y mis padres lo han hecho y yo miraba estas cosas se hacían de noche y nosotros mirábamos, nuestros padres nos decían cuando ellos se mueran, nosotros debíamos de seguir haciendo estas cosas y es por eso que hemos aprendido” (Abuelo de Chiluyo)
A este aprendizaje de aprender de los mayores podríamos denominarlo como “aprendizaje generacional” por que transfiriere de los mayores a los menores: abuelos, padres, hijos mayores e hijos menores. Esta enseñanza se hace de manera generacional, los mas chicos aprenden de los hermanos mayores así sucesivamente, principalmente si le hermana mayor es mujer enseña a los otros hermanos principalmente mujeres las actividades y responsabilidades que debe tener.
“la niña (7 años) hace lo que la hermana realiza, mira la casa y recoge las basuras, entrega los platos, alcanza la sal, observa si algo se ha caído lo recoge y lo pone en su sitio, esta atenta a cualquier necesidad” (Pacchanta, observaciones).
“La alpaquita le damos a la mayorcita y ella ya con ese animal empieza a aprender a cuidarlo. Si no se hacen cargo de un animalito están descontentos, no quieren ayudar. Así empiezan a cuidan sus cosas de ellos mismos, cuando ellos están grandecitos ya se les enseñará mas. El mayorcito es el que aprende y enseña a sus hermanitos que le siguen. (Sra. De 35 años de Hornobamba)
“Siempre tienen que estar al lado del animal, aunque sea jugando pero siempre cuidando, si le dejan se pierde y también no se le debe llevar donde están las alicuyas (babosas) porque no deben confiar mucho, ellos ya saben nosotros les hacemos conocer donde hay esa alicuya, desde chiquito ya conocen donde hay. (Sra. 35 años de años de Hornobamba)
También los hermanos se enseñan entre ellos, el mayor hace una demostración al menor indicándole como debe hacer las cosas.
“Mi hermana Jazmín me enseña, mi hermano Javi ya sabe pastear, yo le enseño. A Fiorella le voy a enseñar y también a Javi”. (Niño de 10 años Hornobamba).
“¡Qué estas haciendo Vidal!, le vas a hacer daño a la vaca, no sabes hasta ahora como se saca leche, mira y aprende, sal de allí, agarra la vaca sino me va a patear, se hace así…” (Roger de 14 años enseñando a ordeñar a Vidal de 10 años Rocconi)
“Yo a la cholita (7 años) le he enseñado a recoger las hierbas, sacar el pasto para el cuy, así nomás como es chiquita aprende” (Niño de 11 años, Rocconi).
“Las actividades cotidianas comienzan desde las 5 de la mañana. Todos tienen una actividad que realizar de acuerdo a la edad y sus posibilidades. El papa para leña, la mamá cocina y los hijos ayudan en la cocina. Son los menores de 4 años que acompañan a la mamá observando y aprendiendo de las actividades. El niño de 7 años pela las papas, Jazmin de 14 años ya cocina, aprendió mirando desde los 7 años. La cocina es el espacio mas importante de la casa.” (Observaciones en Hornobamba).
“Cada niña/o empieza encargándose principalmente de su hermano inmediato menor, asumiendo el compromiso afectivamente “mi Javicho” dice Eymer de nueve años refiriéndose a su hermano de siete” (Observación Hornobamba)
En este contexto el rol del hermano/a mayor frente al niño/a implica realizar las acciones que le delegan los padres/madres como encargarse de la alimentación, el cuidado y vigilancia de su hermano. Ver el encendido y cuidado del fuego, dar de comer a los animales, traer la leña, así como la preparación de ciertos alimentos o la ayuda en su preparación, el pastoreo y cuidado de los animales.
Generalmente la corrección de los errores de los/as niños/as, se hace con el castigo físico u amenaza y en menor medida con actitud tolerantes y comprensivas. Los encargados de corregir la conducta equivocada son los adultos, padres o familiares y los hermanos mayores (adolescentes) quienes son respetados y tienen la autoridad para mandar a sus hermanos menores.
“Benita (22 años) como mayor es responsable de la casa, cuando no estamos cuida a sus hermanos menores, los baña, los cambia de ropa y les envía a la escuela” (Sr. 48 años Pacchanta).
“En las casas es casi generalizado mantener el chicote trenzado colgado y a la vista, aunque en algunas familias no se use con frecuencia. Cuando se le pregunta a la niña para que sirve, nos dirige una mirada de soslayo y sonríe.” (Observación Hornobamba).
“Es normal escuchar, cuidadito nomás, que no me hagas caso, lo que te va a pasar, no me hagas renegar, le voy a decir a tu papá lo que no quieres hacer caso, espera que tu papá llegue vas a ver los que te va pasar…” (Observación en comunidades de estudio)
Los hijos/as que son adolescentes tienen menores responsabilidades en la familia, deciden cosas, asumen sus criterios, etc. y se dedican más a la actividad escolar y son modelo de sus hermanos menores.
“El joven de 14 años ya esta en el colegio, como va al colegio no hay tiempo para que haga cosas de la chacra o casa, el sábado no mas nos ayuda en la chacra porque cuando se va al colegio no nos ayuda porque no tiene tiempo” (Sr. 48 años Pacchanta).
La colaboración en la crianza de las/los hermanos requiere reconocimiento para alimentar su valoración de si mismo y facilitar el fortalecimiento de su identificación con la familia y su cultura. Además, el enseñar a sus hermanos/as como parte de su rol implica nuevos aprendizajes y la maduración misma del que enseña, pues “se aprende más al enseñar”.
Esta realización de actividades vinculadas a lo productivo que definimos como trabajo infantil, en el mundo andino se inicia desde que el niño puede ya actuar en colaboración con su familia para el auto sostenimiento de todos. Se da en un proceso gradual y lúdico y dependiendo de las condiciones familiares particulares (siempre que su ambiente no sea reprobador y violento) será una fuente de satisfacción y enriquecimiento, donde se desarrollen capacidades y sentimientos que fortalezcan su valoración de si mismo y su identificación con su cultura.
· Aprenden con alegría: Jugando, cantando y bailando.
El juego en el ande, se halla integrado a las actividades cotidianas que realizan hombres y mujeres desde la niñez. El juego es uno de los comportamientos humanos más complejos.
“En el ande tanto juegos y juguetes o los tipos de divertimento como adivinanzas, narrativa andinas, poesías, canciones, y otros, poseen la particularidad de estar vinculados a la cosmovisión, y se hallan en concordancia con la naturaleza. Allí vale la tierra, la piedra, el tronco, la lluvia, el agua las hojas y frutos de los árboles que son usados como juguetes constituyéndose en una parte de la identidad de los niños/as con el medio”. (Ochoa 2007).
“Jugábamos a las tienditas haciéndonos de hierbas y piedras y también a las muñequitas viendo a nuestras mamás como atendían a los niños y eso nos gustaba cargar a nuestras wawas” como digo esto lo hacia en el campo aprovechando que pastábamos nuestros animalitos”. (Sra. Chiluyo)
Los niños mantienen su capacidad lúdica, sus labores y tareas son realizadas con ese espíritu. Es un rasgo que se continua en la adultez, en la actitud festiva y sacralizante frente al trabajo y es parte de los rasgos identitarios del andino rural. El mundo vivo, donde se permite el dialogo con la naturaleza, le facilita a la niña/o su expresión lúdica.
El juego es una actividad natural al niño/a y una de las formas de explorar y vivenciar el mundo tanto cultural como natural. El juego le permite al niño/a desarrollar habilidades, destrezas tanto mentales como motrices, así ir diferenciando los roles por género, simbolizando desde el juego lo que después a futuro siendo adultos seran diferentes roles.
“Entre las mujercitas con los varones es distinto hay niños que quieren jugar en otras cosas como por ej. los trompos y los q’arqanchos, Este juego es elaborado con las chapitas de las cervezas, que traen de las tiendas del pueblo se hace un huequito en el suelo y allí comienzan a jugar, y el juego del trompo, sus papas les compran los sábados en el pueblo y con esto juegan, también jugamos con las botellas descartables”. (Niños y niñas de Patario)
“El niño juega con pepas de naranja representa al rebaño de alpacas y su casa la construye con piedras. Representa mediante el juego lo que su familia realiza diariamente el pastoreo de las alpacas” (Observación en Pacchanta).
El niño y la niñas rural quechua asume labores o tareas que realiza con actitud lúdica, el juego es su forma natural de hacer y conocer, de este modo se establece la asociación entre labor y juego.
“Cuando van a pastear llevan sus pelotas, en el camino se tiran la pelota. También llevan sus hondas para cazar pajaritos. Suben los dos hermanos revolcándose en el pasto, haciendo fuerzas. Llegan al lugar donde pastearán las vacas y allí se quedan un momento a contemplar qué sucede a su alrededor” (Observación de los pastores en Rocconi)
“El pastoreo de los animales para los niños/as en todo momento constituye momento de relajo y juego, desde lo que gritan a los animales, o los arrean con sus bastones, juguetean entre los niños/as que se juntan, aprovechan y juegan a la pesca, siendo un espacio libre con múltiples posibilidades de divertirse” (Observación en comunidades de estudio)
“Fueron cinco niños/as pastores, llevando sus ovejas , salieron a las 9 de la mañana llevando su quqawi, al llegar al lugar comenzaron a jugar primero en el río recogiendo piedras, luego tirándose una serpentina que traían, y después cantaban gritando a voces y luego se contaban cuentos” (observación en Hornobamba)
En este sentido el trabajo de los niños/as, no debe considerarse como una explotación por que constituye una forma cultural de socialización, es parte de su vivencia y tiene también un sentido lúdico. Pero, debe tenerse en cuenta, un marco de respeto a los derechos de los niños/as y la reciprocidad que debe permita fortalecer su identidad. Los niños/as en este sentido realiza por ejemplo el cuidado de animales sabiendo que parte de estos les corresponden, es “suyo”.
“Es común escuchar a los padres indicar a los niños/as que tienen una oveja, una vaca, un cuy, o una gallina de su propiedad, y que tienen la responsabilidad de cuidarlos junto con los otros animales. Esta distribución de los animales se da para todos los hijos/as como con los terrenos. De este modo el trabajo se da en un sistema de reciprocidad, donde el niño/a cuida sus intereses, es decir trabaja para él mismo. (Observaciones en diferentes comunidades de estudio)
El niño también participará de las labores agrícolas sintiéndose parte de este proceso, empezando a identificarse con el trabajo colectivo. Se escucha a muchos decir con orgullo “ya sé usar o tengo mi Chakitajlla”, “Yo sé trabajar en la chacra”, “Voy a ir a la chacra con mi mamá o papá”, etc. Todos estos aspectos fortalecen su identidad con el trabajo.
Las fiestas, son otro espacio de recreación de las/os niñas/os, que les permite vivenciar el aspecto festivo que le imprime el mundo andino a la vida.
En las fiestas en algunas comunidades, los niños/as cuentan con espacios propios para ellos, como en los carnavales, tienen su propio árbol, su propia danza; así también el en toro pukllay los niños/as son karguyuq al igual que en aniversarios comunales. (Observación en Palmadera y Patario)
Así mismo, durante las ceremonias productivas la participación de los niños/as se evidencia en cantos, representaciones teatrales que representan situaciones o actividades vinculadas a las familias o a la comunidad. Esto refuerza y fortalece su espíritu lúdico y su identidad cultural.
“Se dice que el juego organizado en el promedio de los 6 años y en adelante es una etapa correspondiente al huchuy runa, cuando el Niño/a es capaz de asumir un rol porque adquiere la capacidad para imaginar su propio rol y los roles de los demás niños en el juego, adaptándose a ellos en escenas comunales, costumbristas como el “pirqay”, hacer pared que enseña al niño/a que la construcción de hacer casas es grupal o comunitaria y como el esfuerzo común logra proyectos de vida que imprimen el mensaje individual- colectivo en este juego (Ochoa 2007).
“-Juguemos al bosque- ya, quien va ser zorro, quien va ser las ovejas, ahora comenzamos- Los niños/as se dividen roles, y comienzan los zorros a perseguir a las ovejas que para salvarse se arriman a un lugar especial representando el corral. El zorro pesca ovejas y las carga para comérselas, las ovejas pueden escaparse y salvarse u otras ovejas les ayudan a huir del zorro.” (Observación en Hornobamba)
“En las comunidades acostumbran los juegos que están vinculados a reforzar su identidad masculina. Por ejemplo el juego de “las fuerzas” entre niños varones o con sus padres. Esto les permite fortalecer sus músculos, pero, también son evaluaciones de las condiciones físicas y sus posibilidades para asumir nuevos roles y actividades como varones, se escucha decir a sus padres con orgullo. -Mi hijo ya tiene fuerza ya esta ya, me ha ganado”. (Observación en Palmadera)
“Entre los hermanos también hacen fuerzas, el mayor con el menor lo prepara para que sea más fuerte” (Observación en Rocconi)
El canto, es otro aspecto que les vincula a los niños/as al disfrute. Los niñas/os tienen una predisposición muy especial para el canto, mostrando habilidad al hacerlo, entonando distintos géneros musicales, con melodiosa voz y entonación. Tienen un repertorio de canciones aprendidas las que contienen mensajes dirigidos a la agricultura, a lo animales, a los cerros, a las quchas, etc. Estas se aprenden en diferentes fiestas, ceremonias y actividades agropecuarias.
“Yo he aprendido a cantar esta canción de lo que he escuchado a otras personas, a mi también me gustaría cantar. Esta canción se canta en la fiesta del aniversario de la comunidad de Quiñota, la fiesta es el 15 de mayo, la fiesta de los carnavales recién ha comenzado en esta fiesta participa mi familia pero nosotros no participamos lo hacemos mojándonos con el agua o pasándonos con harina por la cara, jugamos con otros niños y niñas”. (Niña de 11 años Chiluyo)
“El canto acompaña a los niños/as pastores en sus labores y juegos, solo y en grupo y es un motivo de orgullo. Cantan en quechua y también en castellano” (Observación en Hornobamba)
“Mi hijita, casi no participa de las fiestas en la comunidad, pero le gusta escuchar, de lejos mira y escucha las músicas que cantan, y ella sabe todos dígale haber que cante, sabe las canciones a los animalitos, de carnavales, sabe las waylillas y le sale bonito” (Señora de Chiluyo)
También las canciones se aprenden de la radio, últimamente son canciones religiosas adaptadas a ritmos tradicionales del lugar, a la vez estas comunidades comienzan a gustar de ritmos más modernos como tecno cumbia, chicha, cumbias, salsas, etc.
“Pepito muestra un repertorio grande de canciones aprendidas de la radio, de la escuela, de los hermanos y amigos y hace gala de una memoria musical importante. La variedad de letras va desde la oficialidad de la escuela, la añoranza de la tierra, el amor no correspondido y mas.” (Observación en Hornobamba)
La danza, es otra expresión que les encanta a los niños, juegan moviéndose, con ritmos, jugando representando sus fiestas.
Loas maestros y maestras requerimos conocer a los estudiantes con quiénes trabajaremos para poder enseñarles, desde ellos y sus formas de aprender podemos repensar las forma de enseñar para construir juntamente con ellos y ellas una metodología que les permita aprender permanentemente y para la vida “allin kawsayninchista tarinanchispaq”
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:
Biblioteca Nacional del Perú. (2002) Tradiciones orales de Huancavelica, relatos del primer concurso de recopilación de tradiciones orales. Lima.
Boas, F. En: Romero, Ruperto. CHIKI. (1994) Concepción y Desarrollo de la Inteligencia en Niños Quechuas Pre-Escolares de la Comunidad de Titikachi. Instituto de Investigaciones de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Universidad Mayor de San Simón. La Paz, Bolivia. p.21
Carrillo, Pelayo (2000). “Niñez y Educación en Chaka y Chuquihuarcaya”. En: Niños y Aprendizaje en los Andes. Asociación Urpichallay. Huaraz.
Carrillo, Pelayo. (2000) “Notas sobre la crianza de la biodiversidad por los niños”. En: Niños y Crianza de la Biodiversidad en la Chacra. Terre des hommes–Alemania. Lima.
Carrillo, P; Jaulis, P; Nuñez, M. (2000) “Tengo vida cuando mis animalitos, semillitas y otros tienen vida. Pasar bien la vida en Chuquihuarcaya. Ayacucho”. Man. Ayacucho.
Cutipa, (2000) S. Antes lo que aprendíamos era grabado en nuestro corazón. En: Niños y Aprendizaje en los Andes. Asociación Urpichallay. Huaraz
Chirinos, Andrés y colaboradores. (2002) “Proyecto Warmi warmakunapa yachaynin. El saber de las niñas”. UNICEF. Huanta.
De la Torre, Ana. (1986) Los dos lados del Mundo y del Tiempo. Representaciones de la naturaleza en Cajamarca indígena. CIED, Lima.
Diaconia. (s.a.) “Iniciando la vida en los Andes”. Aproximándonos a los patrones d crianza de familias andinas en la Cordillera Negra. Lima, s.a.
Domic, J. y Ayllón, S. (2001) “Ser niño–wawa en el mundo andino”. Fundación La Paz. Bolivia. En: Culturas e infancias. Terre des hommes–Germany– Lima. Perú.
Grandez, Augusto, Mendoza, Miluska y Salazar, Rosario. La Identidad cultural personal y colectiva de niños rurales andinos. Estudio etnográfico. Ruta del Cusco. Sin editar, Cusco 2010.
Mendoza Muñoz, Miluska. “Conocimiento geográfico andino de niños rurales”. Estudio en comunidades de Cusco. Documento sin editar. 1991.
RENGIFO, GRIMALDO (1993) “La enseñanza de estar contento. Educación y formación cultural andina” PRACTEC.
Romero, Ruperto. CHIKI. (1994) Concepción y Desarrollo de la Inteligencia en
Niños Quechuas Pre-Escolares de la Comunidad de Titikachi. Instituto
de Investigaciones de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación. Universidad Mayor de San Simón. La Paz, Bolivia.
Reategui, Norma. (2008) Niños rurales andinos: Condiciones de aprendizaje y desarrollo cognitivo-afectivo. Foro educativo, Lima.
[1] Investigadora educativa cultural. Consultora en temas de desarrollo comunitario. Los comundiades donde se recogieron las entrev istas son de Cusco, Huancavelica, Ayacucho y Apurímac.